miércoles, 12 de diciembre de 2012

Pon los pies en el suelo.

¿Cómo se retoma el hilo de toda una vida?
¿Cómo seguir adelante cuando en tu corazón empiezas a entender que no hay regreso posible, que hay cosas que el tiempo no puede enmendar, aquellas que hieren muy dentro, que dejan cicatriz?

No entiendo en torno a qué o a quién gira tu vida. O sí. Todo gira en torno a ti.
Y nada más. Nada importa, nadie importa. Nadie es imprescindible.
Aunque te lo entreguen todo, sin condiciones. Aunque te regalen instantes de pura vida.
Aunque te juren y demuestren amor incondicional por encima de todo y de todos.

Aunque no te merezcas ni un puto gesto de misericordia por tus viles actos.
Tú siempre pides más. Siempre quieres más.
Siempre quieres ser por encima de todo ser.

A ver si un día la vida te da una hostia, y empiezas a entender que tú tampoco eres imprescindible para nadie,por méritos propios, a pesar de que algún día lo fueras.

No eres más que piel y huesos.
No tienes corazón.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Con un nuevo lema de vida.



Mantén la calma y sigue adelante. No hay mejor frase para definir como me siento ahora mismo.
De eso se trata, de mantener la calma, luchar, siempre luchar, y seguir adelante.
Mi vida tiene que seguir, pero por buen camino.
Vamos allá.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Bah.

¿Sabes qué?
No vales nada. Estás vacío y lleno a la vez de maldad.
¿Sabes? No podrías ni ser un vegetal, porque hasta las cebollas tienen corazón.

martes, 4 de diciembre de 2012

Algo antiguo.

Hoy rescato una entrada de mi antiguo blog, lo escribí a principios de verano, y acto seguido vino el verano más turbulento que recuerdo... Parece ser que lo veía venir, espero que le llegue a alguien.


Algún día te darás cuenta (y será tarde) de que la vida iba enserio; de que el tiempo no siempre perdona y tampoco hace olvidar. De que el egoísmo o los celos, no te llevaron a ninguna parte. Te darás cuenta de que la mentira (la que consideraste en tantas ocasiones tu mejor amiga) tarde o temprano acabará viendo la luz, haciendo añicos tus falsas promesas de buena fe y tus 'te quiero'. Palabras rotas, corazones rotos, y un vacío que no sabrás con qué llenar. Te darás cuenta de que la vida era algo más que un millón de aventuras y escapadas con un final incierto. Que hay que aspirar a más, no conformarse y no aceptar el dolor como algo cotidiano en tu día a día, ni en el de nadie. Comprenderás que no hay almohada más blanda que una conciencia tranquila (a pesar de que afirmes dormir bien aún sabiendo que le has fallado a alguien; a eso, se llama no tener sentimientos). Tarde o temprano, te harán lo que tú hayas hecho; ya llegarán los engaños, las palabras vacías que se dicen sin sentir, y tu corazón roto. Porque en esta vida, amigo mío, todo se repite; y el que la hace, tarde o temprano, la vida se lo devuelve; quizá con otros ojos, con otra cara o en otras manos. Pero siempre vuelve. Entonces te acordarás de todas y cada una de las lágrimas que hayan (que he) derramado por ti, por tu inconsciencia, por tu frialdad a la hora de jurar y perjurar mirando a los ojos que no fuiste tú. Quizás ahora todo esto te parezca absurdo, o pienses que estás lo suficientemente preparado como para que no te pase a ti. Pero algún día, te acordarás de estas palabras, y quizás será tarde. Te lo avisé.


Que tengas suerte.
(Yo buscaré la mía en cada rincón)








lunes, 3 de diciembre de 2012

Bienvenidos a 'La Cruda Realidad'.

(Y me limito a decir cruda por no utilizar otra palabra malsonante)

Vengo de vuelta, con los pies destrozados de andar y andar a ciegas, en círculos, sin llegar a ninguna puerta o camino que me saque de aquí. Andar y andar sobre mis propios pasos; a eso me limito.
Supongo que todos, en algún momento de nuestra vida, nos vemos encerrados en una espiral de la cual queremos salir, pero no somos capaces. No es que NO SEAMOS CAPACES, es que NO NOS VEMOS CAPACES, no confiamos en nosotros mismos y nos falta ese empujón que deberíamos darnos con nuestra propia mano para plantarle cara a la vida. Somos capaces, totalmente capaces, de conseguir lo que nos propongamos. De eso se trata: autoconfianza. No debemos permitir por nada del mundo que nadie nos arrebate la confianza en nosotros mismos, que nos menosprecien o nos ninguneen, y por supuesto (y lo recalco) QUE NOS MIENTAN.

Si empezamos a permitir mentiras, estamos perdidos. Cuando digamos 'la última', tiene que ser la última definitivamente; y a partir de ahí, nos toca a nosotros.
A partir de ese punto, toca preparar la artillería pesada. Reforzar la confianza en uno mismo, demostrar que vales más que nada y que nadie, y por supuesto... poner a cada uno en su lugar.

Sácate partido, cuídate y trata de verte siempre bien, la cabeza siempre bien alta, y demuestra que puedes comerte el mundo; eso asusta a los mediocres, a la gente que llevan las mentiras por bandera, gente que hace daño gratuitamente, gente acomplejada que intenta quedar por encima tuya con actos viles.
Demuestra que puedes con ello, demuestratelo a ti mismo y que nada te pare.
A veces es mejor tener un buen escudo; tardas más en disfrutar las cosas bellas de la vida, pero así evitas secar lágrimas que brotan cuando ves que lo 'bello' que te vendieron, no tenía nada de cierto.
El escudo será tan grueso como las veces que te hagan daño, así que tú decides dónde está tu límite.
A todos nos llega ese momento en el que no podemos más. Y mi límite ya ha llegado.

Ahora es mi momento.